La policía desarticula en Madrid un grupo especializado en el robo de relojes de lujo
La Policía Nacional ha desarticulado un grupo especializado en el robo de relojes de lujo que actuaba en barrios de la capital y lo hacía utilizando la violencia, incluso una pistola, para llevarse un botín de más de 500.000 euros.
Actuaban en parejas llegando a utilizar un arma de fuego para intimidar a sus víctimas y huían en motocicletas con matrículas falsas para evitar ser rastreados.
Han sido detenidos cinco individuos a los que se les imputan ocho delitos de robo con violencia e intimidación y pertenencia a grupo criminal, entre otros.
La investigación se inició a principios del verano, tras tener conocimiento de una serie de sustracciones de estos efectos exclusivos y de elevado valor económico que seguían el mismo patrón.
En las primeras investigaciones llevadas a cabo, los agentes detectaron la existencia de un grupo compuesto por varios individuos que actuaban de una manera coordinada.
Uno de ellos detectaba a sus víctimas y daba aviso a otros dos miembros del grupo que se desplazaban al lugar a bordo de una motocicleta llegando a utilizar un arma de fuego para cometer los robos.
Avanzada la investigación, fueron desgranando su ‘modus operandi’, detectando que el grupo nunca actuaba al completo, sino que se conformaba en células de dos a cuatro autores, con un claro reparto de funciones. Un varón ejercía de marcador, otro de conductor y otros eran ejecutores.
Los investigadores descubrieron que estaban ante un grupo criminal perfectamente estructurado. En la cúspide se encontraba el ‘marcador’, miembro con más experiencia y encargado de seleccionar a la víctima en función del valor de su reloj; era capaz de distinguir rápidamente una pieza auténtica de una de imitación.
Por otro lado, estaba el conductor, con la misión de circular por la zona de actuación sin llamar la atención, listo para acudir rápidamente para realizar el robo y huir del lugar con la suficiente destreza para no ser alcanzados.
Finalmente, se encontraban el o los ejecutores, con la función de arrebatar por cualquier medio el reloj a la víctima. Estos utilizaban la intimidación en un primer momento y no dudaban en pasar rápidamente a la violencia o a mostrar un arma de fuego si fuese necesario, para asegurarse el éxito en pocos segundos.
La desarticulación de este grupo criminal jerarquizado se produce con la práctica de cuatro entradas y registros domiciliarios y la detención de sus cinco integrantes como presuntos autores de ocho delitos de robo con violencia e intimidación, tenencia ilícita de armas, lesiones, falsedad documental y pertenencia a grupo criminal. Los arrestados fueron puestos a disposición de la autoridad judicial decretando esta su inmediato ingreso en prisión.