Dirigentes del PP exigen cambios en el Gobierno valenciano tras la crisis de la DANA
La gestión de la crisis de la DANA en la Comunidad Valenciana ha generado preocupación entre dirigentes del Partido Popular (PP), quienes consideran que los «errores» de la Generalitat en este proceso han afectado gravemente la imagen del Gobierno regional.
Según fuentes consultadas, varios miembros del partido están presionando para que se realicen cambios en el ejecutivo de Carlos Mazón para afrontar la reconstrucción con una imagen renovada. Entre las figuras en el punto de mira se encuentran las consejeras Nuria Montes y Salomé Pradas, quienes, según los críticos, no han actuado adecuadamente frente a la catástrofe.
Un clima de malestar en la sociedad valenciana
A pesar de que la prioridad actual del PP es ayudar a los afectados por la DANA y atender a los familiares de las víctimas, varios líderes coinciden en la necesidad de movilizarse ante el creciente malestar social contra Mazón y su gobierno. La reciente manifestación en València, en la que miles de ciudadanos exigieron su dimisión, es vista como una señal de rechazo que refleja la percepción negativa de su gestión.
Un dirigente regional del PP señaló: «Mazón no vio la magnitud de la tragedia y ahora está acorralado». Esta opinión se suma a la de otros líderes del partido que consideran difícil que el Gobierno valenciano pueda revertir la situación sin tomar medidas drásticas, especialmente ante la falta de un liderazgo claro en momentos críticos como la tarde del 29 de octubre.
La presión de la ultraderecha y el desgaste de Mazón
La fragilidad del gobierno de Mazón también se ve afectada por la falta de una mayoría absoluta en el parlamento autonómico, lo cual obliga al PP a contar con el apoyo de la ultraderecha de Vox. Sin embargo, según algunos líderes del PP, VOX estaría interesado en debilitar la figura de Mazón para ganar poder en la Comunidad Valenciana. Esta situación complica aún más los posibles cambios en el ejecutivo, ya que la extrema derecha no facilitaría el camino para una remodelación del gabinete.
Miembros cuestionados y la percepción de «desgobierno»
Entre los miembros más criticados del Consell destacan Nuria Montes, consejera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, y Salomé Pradas, consejera de Justicia e Interior. Montes ha sido cuestionada por declaraciones que mostraban una falta de empatía con las víctimas, mientras que Pradas ha sido criticada por su desconocimiento aparente sobre el sistema de alertas, lo cual generó incertidumbre y sensación de improvisación.
Algunos dirigentes del PP señalan también la actuación del propio Mazón durante la tragedia, cuestionando su decisión de no enviar alertas a la población con anticipación y la percepción de su ausencia en momentos clave.
Desacuerdos con el discurso de Feijóo sobre la emergencia nacional
La gestión de Mazón ha generado tensiones con el discurso del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien solicitó desde un inicio la declaración de emergencia nacional, postura que no fue apoyada por Mazón. Según un dirigente del partido, «Mazón creyó que podría manejar la situación sin ayuda nacional, pero no comprendió la magnitud del desastre». Este desacuerdo pone en evidencia la falta de unidad en el PP respecto a cómo responder a la crisis.
Temor a que los errores afecten la marca PP
Varios dirigentes del PP temen que los errores de la Generalitat puedan afectar la imagen nacional del partido, especialmente ante las manifestaciones que están surgiendo en diversas ciudades como Valencia, Palma y Madrid. Uno de ellos afirmó: «La izquierda ha encontrado un terreno fértil contra Mazón y tratará de sacar provecho político de la situación».
Aunque algunos consideran que Feijóo debería marcar distancias con Mazón, reconocen que en este momento no puede desvincularse completamente, ya que implicaría que toda la responsabilidad de la mala gestión recaería en el gobierno valenciano, algo que beneficiaría a la administración de Pedro Sánchez.
El precedente del Prestige y el reto para el PP
La crisis de la DANA en la Comunidad Valenciana recuerda a algunos líderes del PP la crisis del Prestige en 2002, cuando el gobierno de José María Aznar se enfrentó un desastre ecológico que afectó la costa gallega. A pesar de la magnitud de aquella tragedia, el PP logró mantener el apoyo en la región en las elecciones municipales de 2003. Ahora, el partido se enfrenta a un reto similar en Valencia: demostrar que pueden superar esta crisis y seguir contando con el respaldo de la ciudadanía en futuras elecciones.