Barcelona acabará con los aparcamientos gratuitos en la calle

Barcelona acabará con los aparcamientos gratuitos en la calle

Pagar por aparcar en la calle en el barrio.

Parecía imposible que la idea, claramente impopular, tuviera una buena aceptación cuando se empezaron a pintar de verde las primeras plazas para residentes en zonas del Eixample y Ciutat Vella, en Barcelona.

Quince años después, sin embargo, el área verde se ha ido extendiendo el centro hacia las zonas más periféricas como una reivindicación de los mismos territorios, que veían como los conductores colapsaban su zona buscando lugares donde aparcar sin pagar cuando el barrio vecino estrenaba la regulación.

La ciudad ya tiene más de 41.000 plazas de área verde y unas 7.600 de área azul, pero mantiene grandes espacios donde aparcar sin pagar que ahora el consistorio rastreará.

El objetivo que se marca el gobierno municipal es extender la regulación para residentes para que paguen, también, los barrios menos céntricos, donde hay zonas que funcionan como una especie de park and ride encubiertos.

Aparcamientos como los que quedan al lado del metro Sant Martí, la Trinidad Nova o la Vall d’Hebron, que la gente de fuera de la ciudad utiliza para dejar el vehículo y hacer el cambio al transporte público, y, también, de la misma trama urbana de estos barrios, donde cada vez es más difícil encontrar un sitio libre donde aparcar.

El Ayuntamiento quiere generalizar las plazas reguladas, que se encarecerán los próximos meses -fruto de las nuevas ordenanzas fiscales- para hacer pagar más a los coches más contaminantes, y acabar, también, con la bonificación del área verde para vecinos sin multas: todos pagarán 0,20 euros al día.

En el marco de la negociación para aprobar la subida de tarifas prevista para el aparcamiento en la vía pública, ERC pidió que se estudiara extender el área verde en zonas que están exentas, como Nou Barris, la Vall d’Hebron o la Zona Universitaria.

Y el equipo de gobierno de comunes y socialistas se lo marca como un reto.

Así lo explica la concejala de Movilidad, la socialista Rosa Alarcón, que defiende que la medida de tener más plazas de pago se enfoca en «evitar al máximo el tráfico foráneo y de paso y, en cambio, garantizar el aparcamiento a los vecinos del barrio y, al mismo tiempo, ordenar el espacio público».

«Aquí nos encontramos que la gente deja el coche para ir a trabajar y la recopilación de noche y nosotros no encontramos nunca lugar donde aparcar. Está claro que queremos que el área verde llegue a la Trinitat Nova», explica Miquel Batet, de la asociación de vecinos.

Y su diagnóstico es muy similar a lo que hacen en la zona de la Vall d’Hebron, muy cerca de la ronda de Dalt, donde se sienten agraviados, sobre todo, desde que zonas vecinas como Sant Genís dels Agudells, Montbau y Horta estrenaron sus zonas de aparcamiento restringido.

Ahora suman el hecho de que la nueva zona de bajas emisiones prohíbe el acceso a la ciudad de los vehículos más contaminantes pero fija como frontera las rondas.

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