Alemania restablece el control sobre sus fronteras cargándose el Schengen
La ministra de Interior alemana Nancy Faeser, en la rueda de prensa donde anunció el restablecimiento de fronteras

Malestar al restablecer Alemania el control sobre sus fronteras cargándose el espacio Schengen

A partir de este lunes, Alemania restablece el control sobre sus fronteras terrestres. Afectará a la divisoria con Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Bélgica y Dinamarca, y estará vigente durante los próximos seis meses.

A éstos se suman los controles ya existentes en las fronteras con Suiza, Austria, República Checa y Polonia.

La medida no ha gustado a los vecinos y desde Bruselas temen que suponga un duro golpe en el espacio europeo de libre circulación, el acuerdo Schengen.

El gobierno de Olaf Scholz, bajo presión por los buenos resultados de la extrema derecha, justifica el refuerzo de las fronteras para controlar la inmigración «irregular» y la amenaza de terrorismo islamista. También asegura que la política se adecua al ordenamiento jurídico europeo.

El Tratado de Schengen permite establecer controles en las fronteras en caso de amenaza grave por el orden público y la seguridad interior, siempre que sean situaciones excepcionales y respetando el principio de proporcionalidad.

Por ejemplo, Alemania activó su disposición el pasado junio, cuando acogió el torneo de la Eurocopa. Pero el atentado yihadista de Solingen, con tres víctimas mortales, pocos días antes de unas elecciones cruciales en Turingia y Sajonia, conmocionaron al país y el gobierno endureció el discurso contra la inmigración.

«Estamos haciendo todo lo posible para proteger a la población de nuestro país. Desafortunadamente, no podemos confiar completamente en que nuestros vecinos hagan las cosas como deberían hacerlas», clamó este sábado Scholz, desde un mitin en Brandeburgo, donde Alternativa por Alemania lidera las encuestas de los comicios regionales del domingo.

Se han caído las solicitudes de asilo en Alemania

Según los cálculos del canciller socialdemócrata, sólo una pequeña parte de las 300.000 personas que llegaron a Alemania el pasado año tenían derecho a la protección internacional.

Desde que entraron en vigor los controles en las fronteras con Polonia, República Checa, Austria y Suiza –en octubre de 2023–, se han reducido en una quinta parte las solicitudes de asilo.

Alemania saca pecho de la eficacia de la política, que ahora extenderá sobre Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Bélgica y Dinamarca en los próximos seis meses.

El objetivo es proteger los casi 3.900 kilómetros de frontera exterior, aunque los sindicatos policiales dudan de que sea posible controlar todos los pasos fronterizos.

«Seguimos actuando en estrecha coordinación con nuestros vecinos. Queremos garantizar que los controles afecten lo menos posible a las personas en las regiones fronterizas, los viajeros, el comercio y la economía», aseguró el lunes la ministra del Interior, Nancy Faeser, en una comparecencia de prensa.

Además, Berlín sostiene que debe tenerse en cuenta la carga migratoria que soporta el país, especialmente a partir de la llegada de 1,2 millones de refugiados de Ucrania y de las oleadas previas por la guerra a Siria.

«Abolición unilateral del acuerdo Schengen»

El gobierno de Scholz se esfuerza así por justificar el control de las fronteras ante las críticas de sus vecinos. El primer ministro polaco, Donald Tusk, califica de «inaceptable» el anuncio de Berlín y ha pedido consultas urgentes con Bruselas.

Por su parte, Austria ha advertido de que no aceptará devoluciones en la frontera alemana porque «no tienen margen de maniobra».

Las quejas también se han oído entre algunos países comunitarios, como Grecia. El primer ministro Kyriakos Mitsotakis denuncia que la cuestión migratoria con «la abolición unilateral» del acuerdo Schengen.

Por su parte, la Comisión Europea ha subrayado que el acuerdo permite a los Estados miembros introducir controles fronterizos en situaciones de amenaza, siempre que sea «necesario y proporcionado».

El espacio Schengen

El Tratado de Schengen entró en vigor en 1995. Actualmente se extiende por 29 estados: 25 son de los 27 de la Unión Europea (quedan fuera Irlanda y Chipre), sumados a Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein .

Su funcionamiento como espacio de libre circulación se ha visto comprometido por dos grandes crisis recientes: la primera fue la llegada de más de un millón de demandantes de asilo que huían, sobre todo, de la guerra de Siria, años 2015 y 2016; la segunda, la pandemia de la cóvid-19.

El pasado 30 de diciembre, los países de la Unión Europea acordaron por unanimidad, que Rumanía y Bulgaria se incorporaran al espacio Schengen, por lo que desde el mes de marzo de este año, se eliminaron las fronteras aéreas y marítimas con estos dos países de los Balcanes.

Actualmente el espacio Schengen incluye 27 países europeos (23 socios de la UE y 4 no comunitarios). Los países que forman parte del espacio Schengen son la mayoría de los que forman parte de la UE: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, República Eslovaca, Rumania, Suecia y Suiza.