agente de la Guardia Civil

El hombre encontrado asesinado en Vila Joiosa el 14 de febrero era el militar ruso que desertó en agosto

El hombre asesinado en un garaje de Vila Joiosa, Alicante, el pasado 14 de febrero, y que se creía que era ucraniano, en realidad era el capitán del ejército ruso Maxim Kuzminov, que desertó a ucrania pilotando un helicóptero.

Según ha explicado el digital ucraniano Kyiv Post, el piloto fue contactado por el GUR ofreciéndole dinero y protección a cambio de cambiarse de bando. Kuzminov no solo habría entregado el helicóptero a las tropas ucranianas, sino también documentos clasificados y equipamiento técnico.

Desde que se hizo pública su deserción, el régimen de Putin no ha disimulado su intención de encontrarlo y vengarse. En palabras del director de los servicios rusos de inteligencia exterior, Maxim Kuzminov era un «traidor criminal». «Se convirtió en un cadáver moral cuando planeó su terrible crimen»; han asegurado. Según parece, consiguieron su objetivo la semana pasada, cuando fue encontrado muerto en la rampa de salida de un garaje comunitario de Vila Joiosa.

Ejecutado por un equipo de profesionales

La Guardia Civil ha podido averiguar que el asesinato del capitán Kuzminov fue planeado con cuidado y ejecutado por un equipo de profesionales que habrían hecho un seguimiento de la víctima para conocer sus costumbres, saber cuándo salía de casa y cuándo volvía, todo para poder llevar a cabo su plan con una precisión letal.

El capitán Kuzminov había asumido una identidad falsa, proporcionada, presuntamente, por el GUR. No tenía mucho contacto con los vecinos y mantenía un perfil bajo para no ser descubierto.

En torno a las cinco de la tarde del pasado 13 de febrero, un inquilino de la urbanización vio cómo un coche ajeno a la comunidad abandonaba a toda prisa el garaje, dejando atrás el cuerpo de una persona tendido en el suelo. En un primer momento, este testigo sospechó de un atropello, pero, después de un vistazo al cadáver, vio los agujeros de bala, hasta una decena, y alertó a los servicios de emergencias avisando de un asesinato.

Los sanitarios del SAMU que acudieron al lugar del tiroteo no pudieron hacer nada para salvar la vida del hombre, que había muerto desangrado después de haberse arrastrado por la rampa, intentando huir.

El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Alicante, donde le practicaron la autopsia. Poco después del hallazgo del cuerpo, los investigadores encontraron el coche descrito por el vecino abandonado en una calle de la localidad de Campello; le habían prendido fuego para destruir cualquier tipo de prueba.