La monstruosidad de las puertas de la Catedral de Burgos
Los planes para conmemorar el 800 aniversario de la magnífica catedral gótica de Burgos con tres enormes puertas de bronce nuevas han marcado el comienzo de una confrontación con la Unesco desaconsejando el proyecto, y los críticos atacando los portales de con una inversión de 1,2 millones de euros como un «ultraje artístico».
El Arzobispado de Burgos asegura que las nuevas puertas, diseñadas por el reconocido y premiado artista Antonio López, son una obra de arte contemporáneo que complementará “un monumento ya rendido en cinco estilos artísticos que son fruto de cada etapa de sus ocho siglos”. También señalan que las actuales puertas de madera son viejas y están en mal estado.
Pero no todo el mundo está enamorado de las nuevas puertas, que muestran a Dios Padre, la Virgen María y el Niño Jesús.
El Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco, atendiendo a un informe del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), ha recomendado no instalar las puertas de bronce.
Icomos señala que el estatus de la Catedral de Burgos como Patrimonio de la Humanidad significa que las autoridades catedralicias deberán “aceptar las consecuencias que podrían derivarse de no cumplir con sus compromisos de salvaguardar la catedral como lugar de excepcional valor universal”.
El plan ha provocado un movimiento de rechazo encabezado por el pintor burgalés Juan Vallejo, de 71 años, que ha recogido más de 31.000 personas han firmado una petición en change.org airada que ataca las nuevas puertas como «una monstruosidad por donde las mires» y afirmando que «ningún aniversario justifica un maltrato tan grande de nuestra herencia».
La petición cuestiona si las nuevas puertas son el mejor uso de una suma tan grande de dinero, y agrega:
“Dadas las colas de gente hambrienta que estamos viendo y el hecho de que la catedral ni siquiera tiene calefacción central, que no es Cuestión de risa en Burgos: ¿por qué el arzobispado gasta 1,2 millones de euros en esto?».
En su campaña, Vallejo ha contactado con la Unesco y ha enviado un informe detallado al papa Francisco para denunciar ante el Vaticano la “egolatría” de este derroche en tiempos difíciles. Poco confía, en cambio, en el Arzobispado local, con el que lleva décadas enfrentado. El pintor se personó en 1993 en la sede de la Unesco, en París, para denunciar el deterioro de la catedral, que “se caía” ante la pasividad de sus responsables.
El Arzobispado de la catedral respondió en un comunicado esta semana, acusando a los opositores de emprender «una campaña de difamación» e insistiendo en que el proyecto se estaba llevando a cabo con «absoluta transparencia» y un escrupuloso respeto por las directrices patrimoniales.
La catedral y el ayuntamiento negaron rotundamente las sugerencias de que el ayuntamiento hubiera aportado 800.000 euros a las nuevas puertas, insistiendo en que no se había utilizado dinero público. La catedral también señaló que las opiniones de Icomos no eran vinculantes, y añadió:
«Esta no sería la primera vez que Icomos ha elaborado un informe desfavorable sobre proyectos de patrimonio cultural que aún se han llevado a cabo».
La decisión final sobre las nuevas puertas la tomará el departamento de cultura del gobierno de Castilla y León.
Mientras esperan, el Arzobispado espera que la opinión pública se abra tras las nuevas puertas, que, dicen, ofrecen “una oportunidad única para abrir el arte, la catedral y la ciudad” al resto del mundo.
“Esta es una oportunidad para conectar la ciudad con el futuro y hacer historia con estas nuevas puertas, que la catedral necesita, y que serán un símbolo de unión y un legado para las generaciones futuras”.
Y además, añaden: «¿Quién podría concebir ahora el Louvre sin su pirámide o el parlamento alemán sin su cúpula de cristal?»
La monstruosidad de las puertas de la Catedral de Burgos