La ciencia alerta sobre los efectos de una anomalía cálida en el Caribe
Desde hace un año, el Atlántico norte ha estado encadenando mes tras mes récords de temperatura. Las aguas tan cálidas han sido y sigue siendo responsables de que la temperatura media global se encuentre todavía en máximos históricos. La Agencia del Océano y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA) informó hace unos días que el período entre enero y abril fue el más cálido que se ha registrado.
Otra institución de renombre en el apartado de la ciencia de la atmósfera, la Universidad de Colorado, anunció recientemente que como consecuencia del mar tan caliente en la región tropical del Atlántico, la temporada ciclónica que está a punto de arrancar será extremadamente activa. En este sentido, acaba de conocerse un dato que refuerza la hipótesis de que durante los próximos meses podrían formarse grandes tormentas y poderosos huracanes que pueden tener un gran impacto.
La científica de la Universidad de Arizona (Estados Unidos), la doctora Kim Hood ha notificado en sus redes sociales que la temperatura del Caribe alcanzó el pasado día 14 el valor máximo promedio del período 1991-2020. Lo más llamativo es que el calentamiento más intenso en este período ocurrió siempre entre septiembre y octubre. Es decir, el pico ha llegado cuatro meses antes de lo que suele ser habitual. Además, nada indica que el calentamiento vaya a aflojar en los próximos meses.
El hecho de que esa zona del Atlántico se encuentre tan extremadamente caliente tiene una implicación enorme en la temporada de huracanes que comienza el 1 de junio.
Las tormentas tropicales nacen en las aguas de Cabo Verde. El proceso se inicia con una ligera perturbación del aire que sale del continente africano y llega al océano empujada por los vientos alisios, que soplan del este al oeste, al contrario que en las latitudes medias. En ese primer estado, se trata de un sistema atmosférico muy delicado. Sin embargo, a medida que cruza el océano se encuentra con aguas cada vez más cálidas que le aportan el alimento necesario para que vaya creciendo hasta convertirse en un huracán. Cuando llega al Caribe atraviesa la región con la temperatura del agua más alta y suele convertirse en un huracán mayor, con una categoría 3 o superior.
Existe una amenaza real de que este año, dada la anomalía del Atlántico, lleguen al Caribe huracanes muy potentes que obtendría una inyección de energía justo antes de impactar en zonas pobladas.