La Generalitat confirma la identificación de los restos del militante antifranquista Cipriano Martos
El Departamento de Justicia, Derechos y Memoria de la Generalitat de Catalunya ha confirmado la identificación del cuerpo de Cipriano Martos, inhumado en una fosa común del cementerio de Reus en septiembre de 1973, después de morir por la ingesta de ácido cáustico durante los interrogatorios a los que fue sometido por la Guardia Civil. Las tareas de intervención arqueológica para recuperar los restos empezaron el pasado mes de diciembre como parte del Plan de fosas 2020-2022 de la Generalitat.
El 10 de enero el equipo arqueológico confirmó que, de los cuarenta y un individuos exhumados, uno era compatible tanto con las características físicas de Cipriano Martos (sexo, edad, dimensiones, heridas) como con las espaciales de la fosa (columna de la fosa y profundidad). Los restos se trasladaron al laboratorio para iniciar los estudios antropológicos y genéticos para extraer muestras genéticas y cruzar los datos con los familiares inscritos en el Programa de identificación genética. Los resultados de las pruebas genéticas y antropológicas han ratificado que los restos se corresponden con los de Cipriano Martos.
Con Cipriano Martos ya son 20 las personas exhumadas e identificadas en Cataluña desde la creación del Programa de identificación genética, en 2016.
Al tratarse de una fosa común con alta densidad de cuerpos, la intervención ha sido compleja. El proceso para la apertura de la fosa ha incluido la preparación del espacio (delimitación y cerco del terreno donde se debía intervenir, zona de hacinamiento de tierra) y la excavación del área estudiada, a partir de trabajos previos de la fosa 11-67 norte, donde estaban ubicados los restos de Cipriano Martos.
¿Quién era Cipriano Martos?
Cipriano Martos Jiménez era un obrero y sindicalista que nació en 1942 en un pueblo de la provincia de Granada. Emigró, buscando trabajo, a Morón de la Frontera y, después, a Teruel, Sabadell, Terrassa y Reus. Tuvo varios oficios: jornalero, minero, trabajador en el textil y, finalmente, albañil. Se afilió al sindicato OSO (Oposición Sindical Obrera), fue militante del PCE ML (Partido Comunista de España Marxista-Leninista) y miembro del FRAP (Frente Revolucionario Primero de Octubre).
La Guardia Civil le detuvo el 25 de agosto de 1973, después de que llevara a cabo una acción de propaganda política en Igualada, y le llevó al cuartel de Reus, acusado de propaganda ilegal y de pertenecer al FRAP. Lo interrogaron y torturaron, y dos días después, el 27 de agosto -como resultado de la ingesta de un líquido corrosivo conocido como líquido de la verdad, combinación de ácido sulfúrico y gasolina-, lo trasladaron al ‘Hospital de San Juan de Reus (actual Hospital Universitario Sant Joan).
El 29 de agosto, pese a su pésimo estado de salud, el juez le tomó declaración. La Guardia Civil impidió que la familia pudiera visitarle. El 17 de septiembre de 1973, a las 22:15 h, murió a consecuencia de una hemorragia interna. El fallecimiento se registró el 19 de septiembre en el Registro Civil de Reus y los restos fueron inhumados en secreto el 20 de septiembre de 1973, en un servicio de beneficencia propiedad del Ayuntamiento de Reus, en la fosa 11-67 norte del Cementerio de Reus, sin permitir que la familia asistiera a la inhumación ni que se llevara el cuerpo a su tierra de origen, Granada.
Compromiso del Govern con la memoria democrática
En Cataluña existen 887 fosas de la Guerra Civil documentadas, con una cifra estimatoria de 14.000 personas inhumadas. En total, el Govern ha podido recuperar los restos de 846 individuos en 77 fosas distintas de todo el territorio, 25 de ellas abiertas durante el 2022.
Recientemente, el Govern de la Generalitat ha anunciado que el nuevo contrato destinado a las intervenciones en fosas de la Guerra Civil y el franquismo doblará el presupuesto anterior hasta alcanzar un total de 4.494.661,26 millones de euros. El contrato entrará en vigor el primer semestre de 2023 y estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2026.
Sin embargo, el Departamento de Justicia, Derechos y Memoria hace un llamamiento para que la ciudadanía inscriba a los familiares desaparecidos durante la Guerra Civil y el franquismo en el Censo de personas desaparecidas y faciliten muestras de ADN para incluirlas en el Programa de identificación genética.