La eurocámara aprueba considerar el gas natural y la nuclear como energías verdes
La Eurocámara ha aprobado esta mañana a la propuesta de la Comisión Europea que clasifica como energías verdes el gas natural y la energía nuclear. Los eurodiputados han votado así contra la enmienda que rechazaba clasificar estos combustibles como sostenibles a efectos financieros, con 328 votos en contra, 278 votos a favor y 33 abstenciones.
La decisión hace más atractivas para los mercados las inversiones en gas natural y energía nuclear, abriendo la puerta a inversiones miles de millones de euros de inversión en ambas fuentes por parte del sector privado.
La legislación, presentada a principios de año por la Comisión Europea, aborda la taxonomía verde en el sector financiero, es decir, regula qué inversiones se pueden llevar a cabo en la UE con el sello de sostenible.
La legislación deberá ser ahora aprobada por el Consejo de la Unión Europea, que tiene hasta el próximo lunes para decidir si veta la propuesta de la Comisión o bien apoya. En caso de que lo apruebe, el cambio entrará en vigor a partir del próximo año.
Se trata de un cambio importante de postura por parte de la Eurocámara, después de que el mes pasado las comisiones de economía y medio ambiente rechazaran, en una votación propuesta por los grupos progresistas de la cámara, la decisión de la Comisión Europea.
Ahora, sin embargo, el pleno ha revocado las votaciones de ambas comisiones y ha acordado aceptar la nueva taxonomía, que se aplicará de forma transitoria: las inversiones en centrales de gas natural de bajas emisiones serán consideradas como verdes hasta 2035, mientras que las inversiones en energía nuclear serán consideradas como verdes hasta 2040 (en el caso de los reactores modulares no habrá restricción temporal).
Varios eurodiputados de los principales grupos políticos progresistas han llevado a cabo una campaña para frenar la taxonomía, citando el riesgo de afianzar la dependencia continental en el gas ruso y la imposibilidad de clasificar como verde un combustible fósil como el gas natural.
La Plataforma de Finanzas Sostenibles, la entidad que asesora a Bruselas sobre la transición energética en el mercado financiero, desaconseja la propuesta por el posible impacto negativo que podría tener en los objetivos de reducción de emisiones de la UE.
La cuestión también es divisiva entre los estados miembros: el estado francés, por ejemplo, es partidario de etiquetar la nuclear como energía verde, mientras que Alemania apuesta decididamente por el gas natural. Otros, como España o los Países Bajos, mantienen que ninguna de estas dos fuentes puede ser considerada como verde, mientras que miembros como Polonia defienden que ambas lo sean.
La propuesta de la Comisión supone, en cierto modo, un punto medio entre estas dos posturas contrapuestas. El objetivo último, según ha explicado Bruselas, es alejar la inversión privada del carbón, el combustible fósil más contaminante, hacia otras fuentes con menor huella ecológica, como el gas natural y la nuclear, que servirían de puente hacia la transición energética. «El gas y la nuclear ni son neutrales ni son verdes por sí, pero sí permiten la transición», explica la Comisión.