El exilio español a Chile en la posguerra, recreado en Valparaíso
La ciudad portuaria chilena de Valparaíso ha recreado la llegada de un barco lleno de exiliados españoles que huyeron del reinado de Franco al final de la Guerra Civil, en 1939.
La actual ministra de justicia española, Dolores Delgado, se encuentra en una visita oficial a Valparaíso, y se le dio su propio papel en el drama: el de ser la jefa de las autoridades que se reunieron con los españoles de la posguerra cuando atracaron el martes.
Aunque fueron más de 2.200 republicanos españoles los que huyeron a Chile en el Winnepeg, la 80ª versión de aniversario vio 80 familiares de los exiliados originales – una para cada año – viajando en el puerto en un barco turístico.
El Winnepeg zarpó de la ciudad portuaria francesa de Pauillac el 4 de agosto de 1939 después de que la caída de los republicanos vio a los falangistas de extrema derecha ganar posiciones y Franco alcanzó el poder, celebrando el inicio de una dictadura que no terminaría hasta su muerte, 36 años después, en 1975.
Estos refugiados españoles habían podido llegar a Chile un mes después, en gran parte gracias a las habilidades de organización impecables de la famosa Generación del poeta del 27, Pablo Neruda, que arregló el barco y las visas, financiando con fondos colectivos el coste del viaje.
Así, reunió a familias separadas por el conflicto para que pudieran emprender una nueva vida juntos.
Dolores Delgado recordó que el Winnepeg era un buque de carga francés que no había sido utilizado desde la Primera Guerra Mundial y que solo era lo suficientemente grande como para transportar aproximadamente 100 pasajeros, pero se modificó para poder transportar 22 veces ese número.
A diferencia de hoy en día, donde los refugiados son recibidos por médicos, Cruz Roja, ONGs y voluntarios o, en algunos países, por la policía de fronteras, los 2.200 exiliados se encontraron con bandas que tocaban música chilena y española.
Los pasajeros eran de diferentes oficios y profesiones, clases sociales y puntos de vista políticos, pero con una cosa en común: un sentido de justicia y un deseo de libertad.
“Entre los exiliados, todo el espectro ideológico que salió de España en ese momento estuvo representado: comunistas, socialistas, anarquistas, nacionalistas, republicanos; había gente de Catalunya, el País Vasco, Andalucía, Galicia, Valencia, Madrid, todos unidos por una idea, la de la libertad”, dijo la ministra Delgado durante una ceremonia de conmemoración en la Plaza Sotomayor de Valparaíso.
“Todos estaban unidos por un compromiso profundamente arraigado con la solidaridad, el compañerismo y profundas convicciones antifascistas y antitotalitarias. Exactamente lo que nos mueve y debería movernos mirando hacia el futuro».
La mayoría de la ‘generación Winnepeg’ se establecería en Chile, en la mayoría de los casos contribuyendo significativamente a todo, desde las artes y la cultura hasta la medicina y los negocios.
Algunos de los más conocidos en Chile incluyeron a los pintores José Balmes y Roser Bru, el intelectual Víctor Pei, el historiador Leopoldo Castedo y el tipógrafo Mauricio Amster.
Delgado dice que España «tiene una deuda de gratitud» con Chile, una deuda que España nunca aceptó cuando estaba bajo una dictadura, pero que «los demócratas españoles de hoy en día necesitan reconocer y apreciar».
Además, admite que en España no existe una ‘historia completa’ del exilio republicano, lo que significa que es doblemente importante que se conozca la historia de la vida de la ‘generación Winnepeg’ en todo el territorio español.
Además de otras dos ceremonias conmemorativas de la llegada de Winnepeg, en el Senado y en la Cámara de Ministros, el viaje de Delgado a Chile ha incluido visitas oficiales al Museo de la Memoria y al Museo de Derechos Humanos, una participación en un homenaje a el exiliado y artista español Roser Bru, y una reunión con su homólogo en el ministerio de justicia, Hernán Larraín.
El exilio español a Chile en la posguerra, recreado en Valparaíso