Corea del Norte aumenta la tensión al decir que enviará tropas a la frontera con el Sur

Corea del Norte aumenta la tensión al decir que enviará tropas a la frontera con el Sur

Pionyang ha dicho que enviará tropas a zonas cercanas a la frontera con Corea del Sur, una medida que aumentaría significativamente las tensiones.

La redistribución de tropas al complejo Mount Kumgang en la costa este y al complejo industrial Kaesong, ubicado justo al norte de la frontera, marcaría otro paso hacia la ruptura de acuerdos diseñados para reducir el potencial de conflicto a lo largo de la zona desmilitarizada, que ha dividido la península desde el final de la guerra de Corea.

Un portavoz del personal general del Ejército Popular de Corea del Norte dijo que se enviarían tropas para «reanudar todo tipo de ejercicios militares regulares» en los dos sitios.

Ambos proyectos han estado cerrados por varios años, pero alguna vez fueron símbolos de la unidad intercoreana que muchos esperaban reabrir a medida que mejoraran los lazos transfronterizos.

También informó que reanudaría los ejercicios militares y restablecería los puestos de guardia en las zonas fronterizas, además de abrir sitios de primera línea para permitirle enviar folletos de propaganda a través de la frontera hacia Corea del Sur.

Esos pasos anularían efectivamente la declaración de Panmunjom, firmada en septiembre de 2018 por el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, en la que acordaron cesar «todos los actos hostiles» en el área.

En respuesta, la Casa Azul presidencial de Corea del Sur dijo el miércoles que «ya no toleraría» las provocaciones de Corea del Norte, aunque no estaba claro qué acción, si es que había alguna, planeaba Seúl.

Pyongyang afirma que se vio obligado a tomar medidas por el fracaso de Seúl para evitar que los grupos de desertores envíen panfletos de propaganda contra Kim a través de la frontera.

Ayer, la agencia de noticias estatal KCNA dijo que la destrucción de la oficina de enlace, que servía como una embajada de facto para las dos Coreas, era un «reflejo del celo que sentía nuestra gente enfurecida» hacia los grupos de desertores que envían folletos de propaganda al Norte.

En respuesta a la destrucción del edificio, un portavoz del departamento de estado de Estados Unidos dijo que Washington «apoya plenamente» los esfuerzos de Seúl en las relaciones intercoreanas e instó a Pyongyang a «abstenerse de nuevas acciones contraproducentes».

La Unión Europea condenó la decisión de Corea del Norte de volar el edificio como «inaceptable». Un portavoz dijo que las acciones del régimen «aumentan las tensiones, desestabilizan la situación y socavan los esfuerzos hacia una solución diplomática en la península de Corea».

El ministerio de defensa de Corea del Sur ha instado a Corea del Norte a cumplir con el acuerdo de 2018. El asesor adjunto de seguridad nacional, Kim You-geun, dijo que la destrucción del edificio de enlace «rompió las expectativas de todas las personas que esperan el desarrollo de relaciones intercoreanas y una paz duradera en la península».

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