Cerco a las esperanzas para una vida mejor

Cerco a las esperanzas para una vida mejor

Muy por encima del extenso paisaje de hormigón de barcos, camiones y muelles del puerto de Tánger Med, están las palabras «Dios, Nación, Rey», en enormes letras blancas en árabe en la ladera de una montaña.

A medida que el sol se pone en el puerto, las letras se iluminan, brillan y arrojan una luz blanca brillante en las laderas circundantes.

En esas laderas, bajo el resplandor, hay niños acurrucados durmiendo, con bolsas de basura como su única manta.

«No hay lugar para que podamos dormir entre muchas otras cosas», dice Ayoub, un niño pequeño de 13 años en un día particularmente ventoso en abril pasado.

Ayoub, y otros niños dijeron que viven con miedo a la policía. Ayoub dice que ha estado viviendo en el puerto durante 15 días con muy poco dinero o comida. No tiene teléfono ni forma de contactar con su familia.

Es uno de los miles de niños marroquíes que intentan emigrar a España cada año, y uno de los millones de niños migrantes en todo el mundo, una cifra que alcanzó los 30 millones en 2017.

Aunque los niños marroquíes han intentado durante mucho tiempo, y a menudo han tenido éxito, migrar ilegalmente, el número ha aumentado en los últimos años.

El número de menores que buscan migrar a través del pequeño enclave español de Ceuta a España ha aumentado de 800 en 2017 a más de 3.300 en 2018, según datos oficiales. Casi el 100% de estos menores son marroquíes.

Ayoub llegó a Tánger desde un pueblo cerca de la ciudad de Settat, en el centro de Marruecos, con sus amigos: Youssef, de 15 años, Wadie, de 15 años, y otro niño llamado Ayoub, de 14.

El grupo de niños están descansando antes del viaje de días o semanas

Separando a estos niños de España se encuentra el Estrecho de Gibraltar, una distancia de 14 kilómetros en su punto más angosto.

Algunos niños intentan escalar las vallas de alrededor del puerto, a veces hiriéndose a sí mismos. Otros se ocultan debajo de los camiones junto a los motores en marcha.

Los niños marroquíes no son los únicos que hacen este viaje; de los niños migrantes que llegaron a España en 2017, otros vinieron de Siria, Argelia, Costa de Marfil y Guinea.

Pero es el terrible panorama económico en Marruecos el que está impulsando este aumento actual.

La Organización Internacional del Trabajo estima que Marruecos, a partir de 2018, tiene una tasa de desempleo juvenil de casi el 22%, en comparación con la tasa global estimada de desempleo juvenil que está sobre el 12,7%.

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