Alemania condena a un militar del régimen sirio a cadena perpetua

Alemania condena a un militar del régimen sirio a cadena perpetua

Eyad Alghareib y Anwar Raslan llegaron a Alemania en 2014 haciéndose pasar por refugiados sirios. Pero no lo eran. Otras personas provenientes de Siria les identificaron como sus presuntos torturadores.

El 23 de abril de 2020 comenzó un juicio en Coblenza, cerca de Frankfurt, para determinar si estaban implicados en crímenes de lesa humanidad.

Ahora, Anwar Raslan, un ex coronel del régimen de Bashar el Asad que tiene 58 años, ha sido condenado a cadena perpetua. Le achacan crímenes contra la humanidad «en forma de asesinato, tortura, privación grave de libertad, violación y agresión sexual».

El tribunal le considera culpable de 27 asesinatos, 25 lesiones físicas graves, 2 violaciones particularmente graves y agresiones sexuales, 14 casos de privación de libertad de más de una semana, 2 secuestros y 3 abusos sexuales de presos. Los crímenes se produjeron en la cárcel de Al Jatib, en Damasco, donde Raslan era jefe de la unidad de investigación.

En febrero del 2021, la Audiencia Territorial de Coblenza ya había condenado a cuatro años y medio de prisión a Eyad Alghareib, exmiembro de la inteligencia militar siria, por complicidad en torturas sistemáticas, que el tribunal pudo probar en treinta casos.

Algunos de los supervivientes lo consideran una victoria para todos los que han sufrido el régimen de Al Asad.

Es el primer proceso en el que Alemania aplica el principio de justicia universal contra crímenes cometidos en Siria y puede establecer un precedente para que el régimen de Bashar el Asad rinda cuentas.

«Este veredicto es sólo el principio y tenemos un gran camino delante», ha dicho Ruham Hawash, superviviente sirio que ha participado en la acusación particular en el proceso.

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Anwar Raslan

Juicio la próxima semana

Las diligencias previas del fiscal y la obtención de pruebas son una «valiosa base», según Amnistía Internacional, por otro juicio que debe comenzar la próxima semana en la Audiencia Territorial de Frankfurt.

El médico sirio Aala M. está acusado de haber torturado y causado graves daños físicos y psicológicos a presos identificados como miembros de la oposición al régimen de Al Asad. Los hechos habrían ocurrido entre los años 2011 y 2012, en el hospital militar de Homs y en la cárcel.

El principio de justicia universal es a menudo «la última esperanza para las víctimas de los crímenes más graves «, ha dicho el presidente de la ECHCHR, Wolfgang Kaleck. Si bien tratar en terceros países crímenes cometidos en Siria «no es ideal», sí «es posible» y constituye además «un deber hacia los afectados», dijo.

Amnistía Internacional espera que, después de que el tribunal haya constatado las «condiciones de detención inhumanas, la tortura sistemática, la violencia sexual y los asesinatos en Siria», Alemania y otros estados lleven a cabo más procesos según el principio de justicia universal.

La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, celebró la sentencia. Considera que es «un claro ejemplo de cómo los tribunales nacionales pueden y deben enmendar las lagunas en la rendición de cuentas por este tipo de delitos».

«Esta condena ha puesto en alerta a las autoridades: no importa dónde estés o el rango que tengas, si perpetras torturas u otras violaciones graves de los derechos humanos, tarde o temprano tendrás que rendir cuentas, en tu país o en el extranjero»

Las jurisdicciones de otros países tienen dificultades para acceder a información sobre crímenes de guerra cometidos en Siria, porque el régimen no forma parte del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, ratificado por 123 países.

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