Más de 1.000 muertos por las inundaciones en Pakistán, que pide ayuda internacional
Las inundaciones provocadas por las lluvias monzónicas han provocado ya la muerte de más de 1.000 personas en Pakistán desde mediados de junio, 119 en las últimas horas. El país sigue en alerta por el monzón y por el riesgo de desbordamiento de varios ríos.
Después de una semana de lluvia ininterrumpida, que ha dejado un paisaje devastado, millones de personas han quedado afectadas por las lluvias torrenciales. Las autoridades calculan que la cifra alcanza los 33 millones –1 de cada 7 paquistaníes– y cerca de un millón de viviendas han quedado destruidas o gravemente dañadas.
El viernes, el gobierno declaró el estado de emergencia y movilizó al ejército para hacer frente a este episodio de lluvias, que las autoridades atribuyen a la crisis climática. Los climatólogos ya dieron el grito de alarma cuando se llegó al sexto ciclo de lluvias monzónicas, algo nada habitual. El episodio de estos días ya es el octavo de este año, el doble de lo previsto. Pakistán ocupa la octava posición entre los países más amenazados por los fenómenos meteorológicos extremos, según un estudio de la ONG Germanwatch.
Las inundaciones llegan en el peor momento para Pakistán, cuya economía se hunde y en medio de una profunda crisis política desde que el primer ministro, Imran Khan, fue destituido en abril.
🇵🇰#Pakistán solicitó el apoyo del resto de países para hacer frente a las graves inundaciones que está sufriendo y que han provocado más de mil muertos desde mediados de junio, cuando comenzaron las fuertes lluvias del monzón. pic.twitter.com/haBibN3Uqv
— César Jiménez Mtz (@cmjimenezxto) August 28, 2022
Las lluvias también afectan a Afganistán
En Afganistán, casi 200 personas han muerto este mes a causa de las inundaciones, y el gobierno talibán ha pedido ayuda a la comunidad internacional. El país ha sufrido ya este año una grave sequía y un terremoto de magnitud 6,1, que dejó un millar de muertos.
Las lluvias han provocado la muerte de miles de reses y la destrucción de cultivos, preocupando la falta de alimentos para los próximos meses, los más fríos del año, en medio de la crisis económica que vive el país.