Van Avermaet se despide del maillot amarillo después de su ambición

Van Avermaet se despide del maillot amarillo después de su ambición

Van Avermaet se despide del maillot amarillo después de que la ambición y fuerza fueron las armas para la exhibición que realizó el francés Julian Alaphilippe, ganador en solitario de la décima etapa del Tour de Francia disputada entre Annecy y Le Grand-Bornand, de 158 kilómetros.

La primera cita de los Alpes de la que salió reforzado el líder belga Greg Van Avermaet.

Alaphilippe, el corredor que batió a Valverde en la Flecha Valona, estrenó su palmarés en el Tour a lo grande: se metió en la fuga buena, atacó en el penúltimo puerto y vivió la fiesta en solitario. Eufórico, marcó en meta un tiempo de 4h,25.27.

El ciclista de Saint Amand Montrond, nuevo líder de la montaña, firmó la victoria número 50 de la temporada con un adelanto de 1.34 sobre el español Jon Izagirre y de 1.40 respecto al estonio Rein Taaramae.

Los favoritos cumplieron sin problemas. Pacto de no agresión con el cuerpo molido por los adoquines de Roubaix y juntos en meta a 3.23.

El colombiano Rigoberto Urán sufrió su calvario particular dejándose 5.59 en meta.

La entrada en los Alpes tan esperada, ofrecía cinco puertos, un tramo de tierra y la última cima a 14 de meta con un descenso para poner a prueba a los valientes.

Desde Annecy, donde Contador ganó la crono de 2009, su último año triunfal, hasta Le Grand Bornand, el escenario era propicio para la batalla.

La escapada del día no fue ninguna broma. Ya no se trataba de anónimos de equipos invitados en busca de cámara.

Se metieron 21 corredores. Iba Van Avermaet se despide del maillot amarillo, el triple campeón del mundo Peter Sagan, el ilustre Gilbert, el ganador de la Flecha Valona Julian Alaphilipe y el español Jon Izagirre.

Alaphilippe coronó en cabeza la Cota de Bluffy y su compatriota Molard la Croix Fry. El grupo de cabeza, que iba perdiendo y recuperando unidades, afrontó el inédito Plateau des Glières (Especial, 6km al 11,2%) manteniendo las diferencias respecto a un grupo de favoritos donde nadie tomaba cartas en el asunto.

Además Alaphilippe quería que fuese su gran día y así se lo planteó.

En el Col de Romme (1ª, 8,8 kms al 8,9%) se marchó faltando 500 metros para la cima tras echar abajo un intento del estonio Taaramae.

Van Avermaet se despide del maillot amarillo

Las diferencias ya eran significativas. El grupo del líder perseguía a 2 minutos subiendo el último escollo, el Col de la Colombière (1ª, 7,5km al 8,5%), y el grupo de élite de la mano a casi 6 minutos. Jonathan Castroviejo marcaba el ritmo en la interminable fila de corredores del Sky.

Última cima. Alaphilippe cruzó con 1.26 sobre el español Jon Izagirre, y a volar 14 kilómetros cuesta abajo.

Sin novedad entre los «gallos». Ningún ataque, todos a ritmo en buena armonía. Una calma que solo rompió Daniel Martin con un ataque autorizado. Todos a 4.45 en el alto.

La bajada fue triunfal para Alaphilippe, valiente y convencido de que le llegaba un momento inolvidable.

Se le escapó la etapa del Muro de Brataña, pero esta vez no perdonó. El ganador de la Flecha Valona, estrenó además el casillero francés.

Esta temporada ya se lució con 5 triunfos, 2 de ellos en el País Vasco. En 2017 ya se dio a conocer en la Vuelta con triunfo en Xorret de Catí, y sueña con grandes clásicas, como la Lieja o la Milán San Remo.

De momento, este corredor que brilló en el ciclocross con 2 títulos nacionales, ya es un hombre a respetar. Que se lo pregunten a Valverde.

Avermaet dijo: «Creo que hasta aquí he llegado. Mañana será una etapa para escaladores, es muy corta y será muy difícil mantener el maillot. Realmente no tengo intención de luchar por ello. Hoy podía seguir de líder, pero mañana habrá terminado «, dijo en meta el campeón olímpico en ruta.

Greg Avermaet rememoró que en 2016 llegó a la jornada de descanso de amarillo y explicó el momento clave de la etapa para tratar de subir de nuevo al podio como líder de la general.

«Hace un par de años llegué a la jornada de descanso con el maillot amarillo y lo recuerdo como algo súper agradable.

Esta vez me propuse mantenerlo, pero debía encontrar el momento adecuado.

Cuando se empezó a formar una escapada numerosa decidí apuntarme y ver cómo reaccionaba el Sky. No reaccionaron y se fui adelante», explicó.

El ciclista de Lokeren supo que iba a seguir con la prenda dorada cuando la ventaja de la fuga era de 7 minutos.

«En ese momento supe que sería un buen día para mí. No estaba pensando en conservar el maillot amarillo, pero tienes que leer un poco la situación de la carrera, y eso es lo que hice.

Esperé hasta el momento adecuado y me metí en un grupo de buenos corredores ya con la intención de mantenerlo un día más».

Van Avermaet se despide del maillot amarillo