Coches de lujo y un yate comprados con las comisiones de las mascarillas en Madrid
Luis Medina

Coches de lujo y un yate comprados con las comisiones de las mascarillas en Madrid

La Fiscalía Anticorrupción ha presentado una querella contra dos presuntos empresarios por haber estafado al Ayuntamiento de Madrid en la venta de mascarillas, guantes y macetas.

Son Alberto Luceño Cerón y Luis Medina Abascal, este habitual de la prensa del corazón por ser hijo de Nati Abascal y del duque de Feria, y se habrían embolsado casi 5 millones de euros.

La querella, hecha pública este miércoles, es por las enormes comisiones cobradas por tres contratos firmados en marzo del 2020, justo al inicio de la pandemia del coronavirus en España.

La acusación a ambos es de estafa agravada, falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales, pero Anticorrupción añade que puede variar «en el momento procesal oportuno».

Este jueves el juzgado de instrucción 47 de Madrid ha admitido a trámite la querella, ofreciendo al Ayuntamiento de Madrid la posibilidad de que se persone en el procedimiento.

Revelación de hace una semana

Este caso se conoció hace una semana, y entonces se detalló que Anticorrupción lo estaba investigando desde noviembre del 2020, porque habían detectado indicios de delito fiscal y falsedad documental, entre otros.

Entonces el Ayuntamiento de Madrid aseguró que había aportado «toda la documentación» que les habían pedido y que habían prestado «toda la colaboración desde el primer momento».

A través de un primo del alcalde

La Fiscalía detalla ahora que los contratos los firmó la empresa pública Serveis Funeraris y Cementiris de Madrid, SA, porque era la que podía adelantar el dinero, un total de 10,8 millones de euros.

Según el escrito de la Fiscalía, al que tuvieron acceso varios medios y agencias de noticias, Medina habría aprovechado su fama para contactar con el Ayuntamiento a través de un primo del alcalde, Luis Martínez-Almeida.

Lo habrían dirigido a la coordinadora de presupuestos del Ayuntamiento, que habría negociado con Alberto Luceño, que se habría presentado como «experto en importación de productos del mercado asiático».

Comisiones astronómicas

Luceño también habría asegurado que era «agente exclusivo» de una empresa de importación de Malasia, que «tenía fábricas en China a su disposición» y que le movía ayudar en un momento tan complicado.

Según el escrito de la Fiscalía, todo esto era falso y, sobre todo, la mayor parte del dinero de la compra de 1 millón de mascarillas, 250.000 tests y 2,5 millones de guantes, eran comisiones para ellos:

«Los precios los fijó Alberto Luceño y los impuso al Ayuntamiento de Madrid, amparándose en su falsa posición de fabricante y de agente exclusivo de la compañía vendedora».

«Ocultó que un elevado porcentaje del precio (aproximadamente el 60% de las mascarillas, el 81% de los guantes y casi el 71% de los tests) correspondía a comisiones que los querellados se quedarían».

Guantes y test defectuosos

Además, las mascarillas se ajustaron a las calidades contratadas, FFP2 y KN-95, pero no los guantes, que eran mucho peores, y también la mayoría de test no tenían suficiente sensibilidad para ser útiles.

Sin embargo, Luceño se negó a devolver el dinero de los test y propuso enviar reactivos nuevos, pero según la Fiscalía «no consta» que se llegara a hacer.

Cuatro millones para uno, un millón para el otro

La Fiscalía asegura que Alberto Luceño se quedó cuatro millones de euros y Luis Medina un millón, y también que ambos se apresuraron a gastarse el dinero en bienes de lujo.

Y lo expone con mucho detalle: Luceño se gastó 60.000 euros en un hotel de Marbella, y tres relojes marca Rolex por 42.000 euros, pero sobre todo compró coches de lujo por valor de 2 millones de euros.

Coches, un yate y una casa de lujo

Estos coches son más de una decena de marcas como Aston Martin, Ferrari, Range Rover, BMW, Mercedes, Lamborghini, Porsche, Range Rover y KTM.

Curiosamente la Fiscalía pone por último la compra de una casa de lujo en Pozuelo de Alarcón por un millón de euros.

Medina, por su parte, fue más modesto y, entre otras adquisiciones, se limitó a comprarse un velero de lujo por 325.000 euros, al que llamó «Feria», y que lució en las revistas del corazón.

El Ayuntamiento niega ninguna relación

Tras hacerse pública la querella, el Ayuntamiento de Madrid se apresuró a negar ninguna relación directa del alcalde ni de ningún familiar suyo en esta compra del material sanitario:

«El Ayuntamiento de Madrid es, en cualquier caso, el perjudicado por estos hechos y se personará si se demuestra que ha habido un perjuicio a las arcas públicas».

Poco rato después, el propio alcalde Martínez-Almeida compareció ante los periodistas para negar que los querellados hubieran tenido ningún trato de favor, ni por parte del Ayuntamiento ni por su parte:

«El familiar mío se limitó a dar un correo electrónico del Ayuntamiento y a indicarle que ésta era la vía oficial, a la que se remitía todo el mundo».

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